¡IMPRESIONANTE!
Peter es un guardabosques que trabaja en una reserva nacional. La mayoría de los días son rutinarios en su trabajo, tratar con los visitantes, cuidar que toda el área esté limpia. Hoy un día especial. Todos los guardabosques tenían requerido buscar a un oso negro que se había alejado del lugar donde ellos están siempre.
Peter estaba solo en ese sector del parque y de repente sintió ruidos de ramas. Se acercó y lo que encontró lo dejó boquiabierto. El oso negro estaba allí moviéndose pero no estaba solo… ¡Llevaba un bebé consigo! Lo tenía agarrado de la ropa y lo llevaba en el aire.
ESTOY PARALIZADO
Peter estaba pálido y entró en shock. Nunca había visto una cosa igual en más de 20 años de trabajo. Tampoco había oído que hubiera pasado algo similar en otras reservas naturales. Luego de los primeros minutos de estar paralizado, reaccionó. Había que rescatar al bébé de manera urgente y rápida.
Se tenía que actuar con profesionalismo. De eso dependía la vida de la criatura. Era imposible de comprender cómo el oso llegó a tener contacto con un bebé pero ahora, lo más importante era actuar rápido. No se podía perder un solo minuto en tratar de adivinar cómo esto era posible.
¿QUÉ HAGO?
Peter miraba la escena y no podía apartar la mirada de ella. Tampoco reaccionaba llamando a su grupo de compañeros de trabajo. Al trabajar todos juntos sería más fácil atrapar al bebé y sacárselo al oso. ¿Cómo se acercaría al oso sin que se enoje? Si se asustaba podía lastimar al bebé e incluso a él mismo.
Comenzó a acercarse al oso desde atrás, despacito, paso a paso, para no asustarlo. El oso tenía que creer que Peter era un amigo de él y que no venía a hacerle nada malo. De lo contrario, se volvería loco y podría atacar. ¡Cuidado, no puedo hacer ningún movimiento en falso! - se dijo Peter.
EL OSO ESTÁ TRANQUILO
El oso estaba tranquilo y Peter estaba seguro de que no se había dado cuenta de que él se estaba acercando. Lo hacía con mucho cuidado y casi sin hacer ruido. De repente, el oso hizo algo que a Peter lo puso en alerta, estaba poniendo al bebé en el piso, sobre el pasto.
¿No iría a aplastar al bebé con sus patas? El susto de Peter era mayúsculo y estaba en estado de alerta. El oso soltó al bebé y se puso derecho. Por suerte, se ve que no tenía intenciones de lastimarlo. Se quedó un rato mirando al bebé y de repente, se dio vuelta con el cuerpo entero.
¡CUIDADO!
Peter vio que el oso comenzó a hacer movimientos más bruscos y más rápidos, como que estaba nervioso, buscando algo. Ahí se asustó. Se quedó totalmente quieto para no hacer ruido y que si el oso lo veía, que no sintiera que Peter era un enemigo que quería atacarlo. Si pasaba eso, el oso atacaría primero para defenderse.
Ese era el mayor miedo que Peter tenía. Su adrenalina estaba al máximo y su estado de alerta estaba en modo peligro, destellando luces rojas. En esos minutos, que le parecieron horas, hasta se olvidó del bebé. Toda su atención estaba enfocada en el enorme oso negro.
CARA A CARA
El oso vio a Peter y sus miradas se cruzaron y quedaron fijas. Peter no sabe cuánto tiempo fue, una hora, cuatro horas, ¿un día entero? Había perdido por completo la noción del tiempo. Entonces, algo inesperado sucedió. El oso le dio la espalda a Peter y se puso frente al bebé.
El oso negro agarró nuevamente al bebé por su ropa y lo alzó por los aires sujetándolo con la boca. En ese momento se empezó a alejar corriendo hacia adentro del bosque hasta el momento que Peter lo perdió de vista. Peter salió corriendo tras él lo más rápido posible, luchando por alcanzarlo.
PIDIENDO AYUDA
Cuando perdió de vista al oso y al bebé, el pobre guardabosques asustado se dio cuenta de que no podía solo contra el oso. Si estaban sus compañeros de trabajo tenían más chance de encontrarlos y salvar al bebé. Peter llamó por teléfono a la central y habló desesperado con el jefe.
Estaba nervioso y se ve que no lo estaba explicando bien porque el jefe no paraba de hacerle preguntas. Peter ya estaba más nervioso por este motivo y se dio cuenta de que tenía que hablarlo personalmente sin tener más pérdida de tiempo. Subió al auto y arrancó directo hasta la estación.
NO ME CREEN
Peter llegó a la estación y entró corriendo por los pasillos gritando -Un oso, un oso. Sus compañeros y el jefe del escuadrón lo rodearon y lo escucharon. Él contó que vio al oso negro que estaban buscando. Tal como ellos sabían, estaba lejos del sector donde le correspondía estar.
Sus compañeros de trabajo y el jefe lo miraban sin creerlo. Pensaron realmente que todo esto era producto de su imaginación. ¿Acaso se volvieron locos? Es increíble que pensaran esto pero es real, no le creían. Peter, enojado y rabioso, optó por llamar a la policía para que intervenga en el salvamento del bebé.
LLEGA LA POLICÍA
La policía llegó, escuchó todo el cuento de Peter con mucha atención. El jefe de policía se reunió en privado con el jefe del escuadrón. Estuvieron hablando unos minutos. Cuando salieron, el jefe de Peter dio la orden de que todo el equipo de guardabosques saliera al rescate del oso. La policía, por su parte, haría lo mismo.
El jefe de Peter le contó al jefe de policía que Peter estaba pasando por un proceso muy difícil de estrés post traumático debido a la pérdida de su primer bebé hace unas pocas semanas. Tanto él como el equipo de compañeros estaban seguros de que Peter estaba fantaseando y que no existía ningún bebé.
LA POLICÍA RESPONDE
No sabemos si el jefe de policía creyó lo que le contó el jefe de Peter pero aunque todo fuera solo un producto de su imaginación, la policía debía actuar. No había posibilidad de hacer como si no hubiera pasado nada. ¿Y si realmente faltaba un bebé? Nadie entendía cómo podía haber llegado allí.
Era una historia tan dudosa como loca. Nuevos policías iban llegando en muchos coches policiales con las luces de arriba prendidas. Todos se juntaron esperando instrucciones. Los policías recibieron órdenes sobre cómo actuar. Se dividieron en grupos para buscar en toda la zona donde fue visto el oso.
NO ME CREEN
Los compañeros de Peter realmente creían la teoría de que Peter se estaba imaginando cosas debido a la tragedia que vivió recientemente con su esposa. Había visto al oso con un bebé por ese motivo. El jefe llamó a Peter a su escritorio y le pidió que se sentara. Debía hablar con él en ese mismo momento.
Le explicó a Peter lo que pensaba y le dijo que no solo quedaba fuera del caso del oso sino que a partir de ese mismo momento comenzaba una licencia de 2 semanas para que Peter descansara y debía comenzar a asistir a una terapia. Mientras tanto, quedaba fuera del servicio.
SE SUSPENDE EL OPERATIVO POLICIAL
La policía montó todo un operativo para encontrar al oso con el bebé o de pronto, a los 2 por separado. Podía haber pasado que el oso abandonó al bebé sin hacerle daño o que sí lo hubiera dañado. Podían encontrarse con el bebé solo y abandonado. Los policías tenían que estar preparados para cualquier situación probable.
Luego de horas de búsqueda, la policía suspendió el operativo. Ya habían registrado más de la mitad del territorio y era imposible que si el oso se llevó al bebé bosque adentro, el bebé hubiera sobrevivido… en caso de ser real, que realmente hubiera un bebé.
INCREÍBLE
Pedro no podía creer lo que estaba sucediendo. Le dieron licencia con todo pago con tal de que se fuera a “sacarse el estrés”. No le habían creído. Él sabía muy bien lo que había visto. Vio al bebé que el oso llevaba agarrado por la boca. ¡Él estaba sano! Es verdad que estaban viviendo un momento muy difícil con su esposa.
También es verdad que sufrían mucho pero no por eso iba a inventar que vio a un bebé. No podía creer que no le creyeran. Se sentía desgraciado y lloraba mucho. Un amigo, compañero suyo, lo llamó para contarle que la policía suspendió la búsqueda.
PEDRO ES SUSPENDIDO
Pedro estaba destruido. Lo destrozaron cuando no le creyeron y lo destrozaron nuevamente cuando lo suspendieron del trabajo. Lo mandaron a hacer terapia todos los días sino no se podría reintegrar al trabajo. ¡Todo esto es una locura! ¡Piensan que estoy loco y que la culpa la tiene nuestro bebé! - le decía Pedro a su esposa.
Estaba preocupado por el bebé. La policía no podía registrar bien el bosque en solo unas horas. Tenían que haber seguido buscando a la bebé. Su amigo le contó que no hubo denuncias por desaparición de ningún bebé. Esto también era raro. Él no se daba por vencido…
ESTÁN TODOS LOCOS
Peter no creía en la terapia. Los problemas de la vida de verdad no se arreglan en un escritorio, pensaba. Ellos son los que están locos y me mandan a terapia a mí. Ellos son los que están todos locos. Yo no voy a ir porque yo estoy bien. Estoy mal pero estoy bien.
Estoy mal porque se murió mi bebé. Es un dolor intenso que no se puede explicar. Todo el día lo tengo conmigo. Estoy bien porque yo no inventé al bebé con el oso en el bosque. Ellos no me creen y ese bebé indefenso está en peligro. Tomó la decisión de investigar por su cuenta.
UNA GRAN DECISIÓN
Peter no paraba de pensar en lo que le pasó y en lo que vio en el bosque. Él sabía que vio a ese enorme y tremendo oso negro agarrando al bebé, tan chiquito a su lado, en comparación. Se le helaba la sangre de solo pensarlo. Volvió a tomar la misma decisión.
Peter tomó la decisión de investigar por su cuenta. Igual, ahora tengo tiempo libre, se decía durante la noche acostado en la cama. Él quería salvar al bebé, si todavía estaba con vida, pensó. Se levantó de la cama, se vistió y estaba preparado para salir cuando su esposa lo vio y le pidió que no saliera.
LA SEGUNDA DECISIÓN
Cuando su esposa le pidió que no saliera de la casa era porque estaba muy preocupada por él. ¿Sería verdad que él inventó lo del bebé? No tenía sentido. Ahora quería ir por su cuenta a buscar al bebé al bosque, solo, a oscuras, en plena noche. Era imposible encontrar nada.
Peter escuchó los argumentos de su esposa. Al principio no quiso hacerle caso pero luego se dio cuenta de que ella tenía razón. Era imposible encontrar nada ni a nadie en el bosque con esa oscuridad. Se desvistió y se volvió a acostar. No se podía dormir pero estaba más tranquilo porque iría al bosque a la mañana siguiente.
PIENSO Y PIENSO
Pedro no pegó un ojo en toda la noche. Pensaba en lo que haría en el bosque a la mañana siguiente. Era difícil emprender una búsqueda estando solo. Era peligroso. Si se encontraba de frente con el oso, precisaría que alguien lo distrajera para que él se pudiera escapar.
Tenía la tranquilidad de que no habría nadie de su equipo que lo pudiera encontrar en esa parte del bosque. Decidió hablar con su mejor amigo, Jakob, el que lo tenía informado acerca de cómo iban las cosas. A la mañana, antes de salir, le dio un beso prolongado a su esposa.
MI AMIGO EL GUARDABOSQUE
Lo primero que hizo Peter fue ir a buscar a su amigo Jakob a la casa. Cuando su amigo lo vio llegar lo miró entre sorprendido y asustado. -¿No estabas de licencia?, le preguntó Jakob a Peter. - Sí, contestó. -¿Por qué no estás en tu casa con tu esposa? Tenés que ir al psicólogo.
Pedro le contó sus planes, que lo precisaba, que si era su amigo que lo ayudara, que nunca le había pedido nada y que hoy estaba en juego la vida de una niña. Jakob no quería participar de la locura de su amigo pero al final lo siguió porque nunca había visto a Peter en ese estado de desesperación.
EN EL BOSQUE ¡POR FIN!
Peter y Jakob se bajaron del auto cuando llegaron al lugar del bosque donde Peter vio al oso negro con la bebé el día anterior. Cada uno bajó de su lado del automóvil. A primera vista solo se veían árboles altos, una montaña al fondo y mucho pasto largo. Había un silencio que parecía sobrenatural.
Peter ya le había contado todo, de primera mano, a su amigo en el auto. Jakob se preguntaba si no era verdad que su amigo se había vuelto loco. Él también estaba loco porque había aceptado acompañarlo. No quiso, le dijo que no varias veces pero Peter insistió tanto y él lo veía tan loco…
ÉRAMOS TAN AMIGOS
Peter y Jakob eran amigos desde el colegio. Sus mamás se habían hecho amigas por encontrarse en la escuela. Se habían hecho amigos íntimos y siempre jugaban juntos. Siempre pensaron que de grandes se iban a separar según a qué universidad fuera cada uno pero, a las vueltas de la vida, los 2 querían ser guardabosques.
Estudiaron juntos, se graduaron el mismo año y trabajaron en la misma brigada hasta el año anterior cuando Jakob fue transferido a otro parque nacional. Jakob recordaba todo esto en el auto, tratando de encontrar motivos por los cuales estaba bien que apoyara a Peter en esta búsqueda en solitario del bebé.
EN BUSCA DE LA VERDAD
Jakob estacionó el auto pero antes de bajar, lo agarró a Peter del brazo y le dijo que estuviera tranquilo. Buscarían toda la mañana y luego hablarían. Peter y Jakob se miraron a los ojos profundamente durante un largo rato. Jakob nunca había visto a su amigo así, estaba totalmente desesperado.
O Peter decía la verdad o estaba rematadamente loco. No había otra posibilidad. Peter le dijo -Nada de gritar, siempre en silencio, recuerda. Jakob asintió con la cara. Bajaron del auto y se adentraron en el bosque. No podían perderse de vista el uno del otro. Ese era el secreto para que este plan funcionara.
UN INDICIO SERIO
Era importante que Peter y Jakob estuvieran cerca porque si aparecía el oso, con bebé o sin bebé, uno podía ayudar al otro en caso de ataque. De pronto, Jakob vio algo. Había huellas de oso en el piso, y las hojas caídas de los árboles estaban hundidas donde había pisado el oso.
Jakob se dio cuenta de que el oso existía de verdad. Tenía razón su amigo. Era seguro que había visto al oso. Ahora quedaba descubrir si había algún bebé o esa parte de la historia era un invento de su amigo. Probablemente fuera cierto ya que el oso existía. Ahora había que encontrarlos.
UNA NUEVA PISTA
Ahora Jakob miraba con otros ojos a su amigo. Quedó demostrado que no era todo una fantasía. El oso existía de verdad pero capaz que el jefe de Peter tenía razón y el bebé no existía y todo había sido un invento, producto de la imaginación y la desesperación de Peter por haber perdido a su bebé.
Si el bebé era real, estaba en grave riesgo con el oso. Había que apurarse. Los 2 amigos decidieron seguir por el camino donde encontraron las huellas del oso pero separados a dos metros, uno al lado del otro, para buscar mejor. Iban avanzando y de repente, Jakob vio una nueva pista.
EL GRUÑIDO DEL OSO
Jakob vio más huellas. Estaban bien encaminados. De repente, las huellas desaparecieron, así, de la nada. No entendían dónde podía haber ido el oso. Peter miró para arriba buscando al oso en las ramas de un árbol. Era imposible que las ramas del árbol aguantaran el peso de un oso.
Es verdad, pero frente a algo tan raro, fue lo que le salió instintivamente. Parecía como si el oso se hubiera ido volando, algo más imposible aún a que estuviera en una rama de un árbol. De pronto Peter y Jakob escucharon el gruñido de un oso y venía de un lugar no muy lejos de ahí.
¡QUÉ SUSTO!
Se miraron los 2 muy asustados. Una cosa es hablar de osos pero otra muy distinta es estar a 2 metros de uno de verdad. Peter y Jakob, como son guardabosques, están acostumbrados a ver osos, pero a más de 5 metros de distancia. El gruñido de este oso era mucho más cercano.
Parecía que el oso estaba al lado de ellos, allí nomás, bien cerquita. Jakob quedó congelado. Los dos se dieron cuenta del peligro que corrían. Tenían que ser muy cuidadosos para que el oso no pudiera tocarlos. Quizás ya los había visto. Lo que sí era seguro es que ha los había olido.
¿PEDIMOS O NO PEDIMOS AYUDA?
Peter y Jakob sabían que el oso sabía que ellos estaban allí. Los había olido, el olfato es un sentido muy desarrollado en los animales. Peter comenzó a caminar hacia el oso pero Jakob lo agarró del brazo y no lo dejó continuar. Peter lo miró y se encontró a Jakob totalmente aterrorizado.
Jakob tenía la cara blanca como un papel y los ojos desorbitados del miedo a enfrentarse al oso. Solo quería volver al auto para pedir ayuda al resto de los guardabosques. Pedro le dijo que no podían contarle a nadie porque nadie le creía. El jefe y sus compañeros creerían que Jakob está loco como su amigo.
ME QUIERO IR
Jakob se quería ir. Era demasiado. Él tiene familia, una esposa, dos hijos, sus padres, sus hermanos, sus amigos. No quería ni pensar en perder todo eso. Se lo dijo a Peter y éste le preguntó, ¿Y si tiene al bebé? Jakob sintió culpa por la bebé y se sintió presionado por su amigo.
Solo podremos sobrevivir seguro si nos quedamos los 2, le dijo Peter. Jakob se entregó a la suerte de dios. No podía hacer otra cosa. Estaba muy lejos del auto, si salía corriendo, el oso lo atraparía. Tendrían que seguir adelante caminando sin hacer casi ruido como hasta ahora y todo estaría bien.
ESTO ES UNA CUEVA DE VERDAD
De pronto, vieron una cueva y comenzaron a caminar despacio hacia ella. El piso estaba lleno de hojas marrones y amarillas caídas de los árboles. La adrenalina les subió al pico máximo y tenían una sensación de peligro extremo. Podría ser la cueva del oso pero parecía muy chica. No podía entrar un oso allí.
Se fueron acercando y cada vez veían más grande la entrada a la cueva. Era como que se iba agrandando mientras ellos se iban acercando. Cuanto más cerca estaban, más grande veían la cueva. Estaban erizados los 2 y tenían la piel de gallina. Miraron para todos lados, no sea que el oso se apareciera por atrás.
EL SUSTO DE MI VIDA
Peter y Jakob volvieron sus ojos hacia la cueva, miraron fijamente y de pronto, lo vieron allí. El oso negro estaba dentro de la cueva, mirando hacia afuera y fijó la mirada en ellos cuando los vio. Los 2 amigos tenían la respiración entrecortada y jadeante del susto que tenían.
Nunca se imaginaron cómo sería el encuentro pero siempre pensaron que sería parado así que lo verían de lejos. Como se habían acercado a la cueva, ahora estaban muy cerca del oso. Tuvieron miedo y no había manera de no enfrentar al oso. Si se iban por donde vinieron, el oso los seguiría.
ESTAMOS HIPNOTIZADOS
Los 2 amigos estaban conmocionados del susto. Estaban totalmente a merced de un oso gigante que de un salto podía salir de la cueva y agarrarlos. Sentían que se estaban volviendo locos y estaban arrepentidos por haber ido. El susto era tan grande que Peter y Jakob se olvidaron del bebé.
Peter y Jakob estaban hipnotizados por la mirada del oso. Era una mirada profunda y totalmente hermosa. Era una mirada atrapante que no permitía que una persona dejara de mirarlo. Jakob le decía a Peter en voz baja -Volvamos. Peter apenas movía la cabeza haciendo contestando un “no” con el movimiento horizontal.
UN BEBÉ LLORA
El oso salió de la cueva en un abrir y cerrar de ojos. Uno se imagina que a un oso le lleva mucho tiempo salir de una cueva con una entrada tan chica, siendo él tan grande, pero ellos tienen una habilidad muy grande para entrar y salir de sus cuevas.
De repente, escucharon el llanto de un bebé. No era un llanto desesperado o de miedo. Era un llanto normal. ¡El bebé estaba en la cueva! El oso lo estaba cuidando. Era algo tan increíble que Peter y Jakob estaban maravillados, y también tremendamente asustados. Estaban congelados y no sabían qué hacer.
EL BEBÉ DEJA DE LLORAR
El oso entró a la cueva cuando escuchó el llanto del bebé. Ellos 2 no sabían qué hacer. En un instante el bebé dejó de llorar. Jakob y Peter están confundidos, ¿Acaso el oso calmó al bebé? Sí. Es increíble pero será un tema de piel o cercanía. El oso le daba tranquilidad al bebé.
Ellos estaban tan sorprendidos que cuando se dieron cuenta, el oso ya estaba de nuevo fuera de la cueva. El bebé había dejado de llorar y el oso salió. Quizás el oso sentía que los malos eran esas 2 personas extrañas que venían a invadir su casa y a atacar.
VIENE EL OSO
Peter y Jakob son guardabosques y saben que cuando uno se enfrenta a una situación de peligro con un oso tiene que quedarse quieto para que el oso confirme que no son enemigos que lo quieren matar. Jakob se puso nervioso y comenzó a caminar para atrás mirando al oso.
El oso comenzó a acercarse a Jakob. Peter le decía a Jakob que pare de caminar pero él seguía caminando hacia atrás. En un momento se tropezó y se cayó boca abajo y quedó horizontal y pegado al piso. Jakob se levantó rápidamente y salió corriendo a todo ritmo.
A CORRER
Parte del entrenamiento para ser guardabosques es tener un excelente estado físico. Hay que estar bien entrenado y las rutinas de ejercicio incluyen atletismo, correr 50 y 100 metros y también se aprende a subir a los árboles. Jakob eligió un árbol para subir y comenzó a trepar hasta bien arriba.
Jakob parecía un mono trepando. En momentos de riesgo, en los que la vida de uno pende de un hilo, uno no tiene idea de dónde saca tanta fuerza y creatividad para salvar su vida. Es el instinto de supervivencia que tenemos los humanos. Jakob no pensó lo que hacía, actuaba instintivamente.
PETER NO SABE QUÉ HACER
Ahora todo depende de Peter. Jakob está trepado arriba del árbol y Peter quedó fuera de la visión del oso. Peter estaba escondido detrás de un árbol y no sabía para dónde agarrar. Ayudar a su amigo era lo más lógico pero había algo que no lo dejaba en paz.
No podía dejar de pensar en el bebé. Debería entrar a la cueva para salvarlo. ¿Qué hacer? El oso podía llegar y atacar. También podía enojarse de ver a Peter en la cueva porque sentiría que Peter quiere lastimar al bebé que el oso estaba protegiendo. ¡Es increíble cómo el oso protegía al bebé!
UN INSTANTE
Peter está con la adrenalina al máximo nivel nuevamente porque le tiene miedo al oso y tiene terror. Por otro lado, siente que el oso es bueno. Será un tema de instinto pero el oso estaba cuidando al bebé por eso el bebé lloró normalmente y seguía con vida. ¡Qué increíble es la naturaleza!
Todo esto se le cruzó por la cabeza a Peter en un instante, nada más. Parece que fuera un razonamiento de más tiempo pero lo tuvo en solo una fracción de segundo. Salió corriendo hacia la cueva, que estaba cerca, aprovechando que el oso estaba distraído con Jakob, que estaba a salvo sobre la rama del árbol.
TODO NEGRO
Peter salió corriendo como bala hacia la cueva. El trayecto que corrió era relativamente corto pero a Peter le pareció que esta fue la carrera más larga de su vida. Escuchó los gritos de Jakob que le avisaban que el oso estaba volviendo a buscarlo a él. Supo que no tenía tiempo que perder.
Entró a la cueva y vio que todo estaba totalmente oscuro. Solo vio el color negro y no pudo distinguir absolutamente nada. Todo era negro, un negro azabache, muy oscuro. La cueva hacía una vuelta apenas uno entraba por eso no llegaba la luz del sol y todo estaba tan oscuro.
ACÁ ESTÁ EL BEBÉ
Peter escuchó unos ruidos suaves. ¿Qué era eso? ¡Era la respiración del bebé! Comenzó a tocar por todos lados hasta encontrarlo. Estaba acostado en el piso sobre una base hecha de hojas de árboles como si fuera una sábana y otras cosas más que Peter no tenía idea de qué podía ser.
Peter seguía tocando todo, tanteando cada centímetro alrededor del bebé con su mano y a través del tacto reconocía lo que podía porque no había luz. Todo estaba húmedo y se pegoteaba en la mano de Peter pero él seguía tocando todo con las 2 manos.
EL OSO ESTÁ ACÁ
Peter se sentía muy emocionado. Ahora tocaba al bebé y era tan suave. Era lo más suave de todo lo que tocaba en la cueva. Agarró al bebé con mucho cuidado. Ponía especial atención en la cabecita. Sabía que era la parte más delicada de los bebés. Cuando lo tuvo bien agarrado comenzó a salir de la cueva.
Al llegar a un punto, vio que entraba luz y caminó hacia allí. Hizo todo el camino de entrada, al revés. Así llegó a la abertura y pudo salir de la cueva con el bebé en brazos. Se le cruzó por la cabeza un pensamiento, como un flechazo, qué haría cuando se encontrara con el oso.
SALVANDO AL BEBÉ
Al salir de la cueva le dolían los ojos de ver tanta luz. ¡Estaba tan oscuro allí dentro! Peter salió con toda la intención de escapar corriendo con el bebé antes de que apareciera el oso. Lo único que sabía es que no soltaría al bebé pasara lo que pasara.
Salió corriendo desesperadamente por el bosque en un estado total de pánico. Tenía que tener cuidado para que el bebé no se cayera. No sabía para qué lado agarrar, había perdido el sentido de la orientación. Nuevamente escuchó ruidos pero ahora eran ruidos mucho más fuertes. ¡Era el oso que se estaba acercando!
SE ACERCA EL FIN
De pronto Peter se enfrenta al oso, cara a cara, a una distancia de 10 metros. El oso los vio y lo va a querer matar porque, para él, Peter lo estaba agrediendo y le estaba robando el bebé de la cueva. De pronto ve que el oso cae al piso cara para abajo.
¿Qué pasó? Ve que vienen corriendo desde detrás del oso, en dirección a él, muchos policías. Agarran al bebé y le cuentan que su esposa llamó por teléfono para pedir ayuda y les contó que él estaba en el bosque buscando un oso. Jakob venía corriendo detrás de los policías. Los 2 amigos se abrazaron y lloraron juntos.
EL REENCUENTRO
Peter y Jakob hicieron todo esto para salvar al bebé. Lo tenían los policías y se lo estaban entregando a una ambulancia que llamaron de urgencia para que trasladara al bebé al hospital. ¡Vaya a saber qué estado de salud tenía! Peter quería reencontrarse con su esposa, que le salvó la vida.
La policía lo llevó al hospital para una revisión. Los esposos se encontraron y lloraron juntos. Ella no paraba de decirle que estaba feliz de que Peter se salvara. Él le decía “Gracias por salvarme la vida”. También llevaron a Jakob al hospital, su familia vino a verlo y también lloraron de alegría todos juntos.
EN EL HOSPITAL
Al bebé lo llevaron al mismo hospital, a la sección de neonatología y pediatría, donde se atienden los niños. Le hicieron varios chequeos y le sacaron sangre para ver si todo estaba bien. Lo alimentaron con mamadera, lo bañaron porque tenía mucho olor y le pusieron pañales. Había varios médicos y enfermeras atendiendo al hermoso bebé.
Apenas terminó la revisión de Peter, él fue hasta neonatología y dijo que quería estar junto al bebé y no aceptaba perderlo de vista. Lo tuvo en sus brazos mientras tomaban una muestra para hacerle el estudio de ADN. Peter no podía parar de mirarla. Era una niña, le dijeron.
¡QUÉ LINDA SENSACIÓN!
El diagnóstico de los doctores fue que la bebé estaba sana. Le faltaban algunas vitaminas. Peter y su esposa, que ahora estaba a su lado, estaban felices de haber salvado a la bebita. Ahora la tenía en brazos y recordaba lo que sintió cuando la agarró en brazos en la cueva oscura.
Era un sentimiento difícil de entender en aquella situación pero ahora lo comprendía perfectamente. La bebé estaba en sus brazos como él siempre soñó tener los de su hijo. Con su hijo no pudo pero con este bebé sí. Peter tenía más de 24 horas sin dormir. Se fue a su casa a descansar.
EL OSO NUEVAMENTE
Así como hicieron con Peter, Jakob y la bebita que fueron todos al hospital para hacerse estudios y ver si estaban sanos, al oso lo llevaron a una reserva y lo hicieron ver por veterinarios. Por suerte, estaba bien de salud y lo iban a devolver a su hogar, al parque nacional.
Se determinó que el oso cuidó a la bebé. Gracias a su cuidado ella se había salvado. No se sabía cómo había llegado hasta el bosque pero sí estaba claro que se salvó por los cuidados que el oso le había dado. Cada pieza del puzzle iba encontrando su lugar.
LA ADOPCIÓN
No se sabía nada de la vida de la bebé. No había registrado ninguna denuncia de falta de su hogar o desaparición de ninguno. Los estudios de ADN eran los únicos que podían dar datos sobre quién era la bebé y cómo llegó al bosque. Era un gran enigma que necesitaba encontrar una solución.
Peter y su esposa habían hablado y decidido que si la niña no tenía familia, ellos querían adoptarla. No para ocupar el lugar de su hijo, sino porque Peter le salvó la vida y habían creado un vínculo único que luego compartirían con su esposa. Servicios sociales aceptó la oferta pero antes tenían que estudiar a la familia.
ADN
Buscando en el bosque datos sobre la bebé, ya que fue encontrada allí, descubrieron que había un auto del otro lado del bosque que estaba chocado. Su parte delantera estaba convertida en chatarra. La policía encontró dos cuerpos que fallecieron durante el impacto. Ellos eran los papás de la bebé.
Después de estudiar los resultados del ADN de la pareja la policía no encontró ningún rastro de familiares. Los vecinos no conocían a ningún allegado de la familia y no había denuncia de desaparición de una pareja con un bebé. Todo llevaba a que la bebé había quedado huérfana y sola.
UNA FAMILIA FELIZ
Peter y su esposa adoptaron a la bebé a la que amaron con toda su alma. Al año siguiente tuvieron un hijo propio y criaban a los 2 niños sin hacer diferencia alguna. Estaban felices de tener una hermosa familia. Los hermanos jugaban juntos de chicos y crecieron siendo muy unidos.
Peter siguió trabajando como guardabosque en la misma estación. Los padres educaban en valores muy bien a sus hijos. La pareja vio crecer a sus hijos con mucha alegría. Era una familia feliz. Peter y su esposa consideraban que sus 2 hijos eran un milagro y una bendición que les dio la vida .